El hongo Botrytis cinerea, también conocido como “moho gris o podredumbre gris”, es una amenaza para muchas especies vegetales, causando graves daños y pérdidas económicas en cultivos como la vid, las rosas y las fresas. La enfermedad se manifiesta principalmente en las flores y los frutos. Por ello, es esencial implementar estrategias de control biológico para complementar las medidas de prevención y control de Botrytis cinerea. Una alternativa efectiva es el uso de Trichoderma sp.
Sintomas de la enfermedad
Los síntomas iniciales de la Botrytis se pueden manifestar como manchas marrones principalmente en flores y frutos. La coloración puede variar dependiendo del tipo de planta y el órgano afectado. A medida que la enfermedad avanza, los tejidos infectados pueden adoptar un aspecto grisáceo o de moho, debido al desarrollo de las conidias del hongo sobre el tejido muerto.
Cultivos susceptibles al ataque por Botrytis
La enfermedad de la botrytis, puede afectar una amplia variedad de cultivos en todo el mundo. Entre los cultivos más comúnmente afectados se encuentran los frutales como las uvas, fresa, mora, arándanos y los cítricos, así como también los cultivos de hortalizas como el tomate, la lechuga, pepino, fríjol, arveja. Además, la botrytis también puede afectar a las flores como los claveles y las rosas, así como a las plantas ornamentales y de usos medicinales como el cannabis.
La enfermedad de la botrytis es especialmente común en condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas, lo que la convierte en una amenaza para los cultivos en invernaderos y otras estructuras protegidas. plagas para prevenir y controlar la propagación de la botrytis en los cultivos.
Control biológico de botrytis en cultivo de fresa
En un estudio llevado a cabo en Colombia, en el departamento de Boyacá, en 2014, se evaluó el efecto de dos cepas de Trichoderma (Trichoderma harzianum y Trichoderma lignorum) en el control de Botrytis cinérea en el cultivo de fresa. Para ello, se sembraron plantas de fresa y se las inoculó con Botrytis cinérea. Se utilizaron dos productos comerciales con ingredientes activos de T. harzianum y T. lignorum en diferentes concentraciones y dosis de aplicación. Se realizaron dos aplicaciones en forma de aspersión con un intervalo de 30 días entre ellas. Entre otras variables, se midió la incidencia y severidad de la enfermedad. Los tratamientos se compararon con un testigo absoluto y un tratamiento con la aplicación de un fungicida químico.
Después de cuatro meses de duración del experimento, se encontró que los tratamientos con Trichoderma redujeron significativamente la incidencia de la enfermedad, presentando una incidencia del 33%, mientras que el testigo sin ninguna aplicación presentó una incidencia del 60%, y el testigo con la aplicación de un fungicida químico presentó una incidencia del 46%. En cuanto a la severidad, los tratamientos con T. harzianum y T. lignorum redujeron significativamente en un 32% el desarrollo del patógeno en la planta.
Los resultados mostraron que el control con Trichoderma fue mejor que el control químico. Esto se debe a que Trichoderma tiene la capacidad de introducirse en el suelo y propagarse rápidamente, lo que reduce la población de fitopatógenos. Además, Trichoderma genera una asociación con las raíces de la planta, lo que favorece la absorción de nutrientes, el crecimiento foliar y la inducción de defensas en la planta. Por otro lado, la presencia del fungicida químico en el suelo puede ser limitada y disminuir con el tiempo, por lo que puede necesitar más aplicaciones en comparación con Trichoderma.